Château Roudier

«Cada cosecha es una invitación a viajar en el tiempo. Lluvia, sol, viento, todos los elementos climáticos han permitido a la vid florecer y dar a luz a las uvas. En cada vino está el recuerdo de un año de trabajo».

Servicio

Para disfrutar de su vino en condiciones óptimas, le aconsejamos servirlo a una temperatura de entre 16 y 18 grados. Sin embargo, esta regla no debe ser inamovible. En cualquier caso, no tema descorchar la botella media hora antes de la degustación, o servirla un poco fría según las circunstancias. En efecto, la temperatura subirá rápidamente en la copa y permitirá así que se revelen todos los aromas.

Si la botella tiene menos de cinco años, es aconsejable decantarla una hora antes de servir. Cuanto más grande sea el decantador, más aromas se revelarán.

Si el vino tiene más de cinco años, puede beberlo treinta minutos después de abrirlo. Si se trata de un vino más viejo, es mejor limitar la duración de la decantación.

Decantar un vino permite liberar los aromas. Sin embargo, si quiere apreciar su generosidad, su estructura en boca, el sabor del terruño, tómese su tiempo. Empiece primero agitando el vino en la copa para desarrollar la diversidad de los aromas más volátiles. De este modo, se garantiza una experiencia de degustación óptima.

Château Roudier es una mezcla de tres variedades de uva: Merlot en su mayoría, asociada a Cabernet Franc y Cabernet Sauvignon. Nuestro objetivo es vinificar los vinos cuando las uvas están completamente maduras, lo que permite una expresión sublime de la uva. Como resultado, la potencia aromática de la nariz está dominada por aromas de fruta negra y regaliz. La misma presencia afrutada se encuentra en el paladar en un hermoso cuerpo redondo, franco y fresco.

Envejecimiento

El vino es un producto vivo. Con los años, evoluciona en la botella y en la bodega. La capacidad de sublimarse con el tiempo encarna la calidad de los vinos. Las añadas del Château Roudier reúnen varias cualidades organolépticas que le permiten mejorar con el tiempo. Su nivel de acidez, sus taninos, su concentración, su riqueza olfativa permiten así que el vino tenga un potencial de guarda de unos diez años. Sin embargo, la impaciencia y la curiosidad permiten a los consumidores beber los vinos jóvenes, revelando así todo su potencial. Si el vino pasa unos años en la bodega, se favorecerá su maduración. En boca, los vinos serán más suaves, con taninos menos pronunciados. En boca, los aromas serán muy complejos, combinando elegancia y frescura.

Maridaje

El maridaje permite que el vino exprese todo su esplendor al tiempo que se ve realzado por el plato que lo acompaña.

Los vinos tintos no toleran el exceso de acidez (vinagreta, tomate, limón). También hay que evitar los platos demasiado dulces, que reforzarían los taninos del vino y lo harían parecer muy seco. Por último, ciertas verduras y especias con notas anisadas impiden revelar la paleta aromática de un vino.

Si desea disfrutar del vino en la mesa, le recomendamos pescado blanco (rodaballo, rape, bacalao). Las setas, las carnes rojas, las carnes blancas y ciertos quesos combinan muy bien con una botella de Château Roudier.